[21 años de anhelos]
Sombras del atardecer entumecían aquella solitaria sobremesa, el sol dejaba de calentar como en verano, allí estaba confundiendome con los blanqueados lindes de sabanas, simulando aquel velero que encabritado agitaba con fuerza al paso del viento.
En mis sueños engarzados en fenicias anclas, de pueblos marineros, donde la unica barca es la de mi amada, donde es la reina de mares, capitaneando mi corazón en aquel bonito y engalanado navío llamado amor, sin rumbo, pero siempre con mi Cádiz de bello horizonte, acordandome de aquellas callejuelas donde sembramos nuestro paso de besos, aquella alameda con su espuma que iba y venía como mi cuerpo hacia tí, para darte besos infinitos, subiese o bajase la marea, para encelo de aquel Parque Genovés que se duerme cada día a espaldas de tu inmensa y eterna bahía.
Notar como me entierran tus arenas, podría morir a tu vera en ese instante y no sentir nada, solo un inmenso regocijo en lo más profundo de mi corazón, un escalofrío de amor, con miradas cruzadas por siempre, como Catalina y Sebastian, con un mar que nos separa y ata mas nuestra locura y un balneario como testigo de nuestra unión, escapándonos cada noche sin que el centinela lo sepa, amándonos locamente en cualquier rincon de nuestra ciudad, cualquier paisaje es bello si se tienen a tus ojos de frente...
Anhelos y más anhelos sentado en tu muralla trimilenaria, viendo pasar los momentos más felices de mi estancia, deseandolos eternos, y si no lo fueran...siempre sabré que despues de mi muerte, seguiras tan bella como siempre...y que te amé por siempre, pues aquí vi la vida, y me enseñaste muchas cosas, y otras que me callo...
A Cádiz...por tantas y tantas razones.
Sombras del atardecer entumecían aquella solitaria sobremesa, el sol dejaba de calentar como en verano, allí estaba confundiendome con los blanqueados lindes de sabanas, simulando aquel velero que encabritado agitaba con fuerza al paso del viento.
En mis sueños engarzados en fenicias anclas, de pueblos marineros, donde la unica barca es la de mi amada, donde es la reina de mares, capitaneando mi corazón en aquel bonito y engalanado navío llamado amor, sin rumbo, pero siempre con mi Cádiz de bello horizonte, acordandome de aquellas callejuelas donde sembramos nuestro paso de besos, aquella alameda con su espuma que iba y venía como mi cuerpo hacia tí, para darte besos infinitos, subiese o bajase la marea, para encelo de aquel Parque Genovés que se duerme cada día a espaldas de tu inmensa y eterna bahía.
Notar como me entierran tus arenas, podría morir a tu vera en ese instante y no sentir nada, solo un inmenso regocijo en lo más profundo de mi corazón, un escalofrío de amor, con miradas cruzadas por siempre, como Catalina y Sebastian, con un mar que nos separa y ata mas nuestra locura y un balneario como testigo de nuestra unión, escapándonos cada noche sin que el centinela lo sepa, amándonos locamente en cualquier rincon de nuestra ciudad, cualquier paisaje es bello si se tienen a tus ojos de frente...
Anhelos y más anhelos sentado en tu muralla trimilenaria, viendo pasar los momentos más felices de mi estancia, deseandolos eternos, y si no lo fueran...siempre sabré que despues de mi muerte, seguiras tan bella como siempre...y que te amé por siempre, pues aquí vi la vida, y me enseñaste muchas cosas, y otras que me callo...
A Cádiz...por tantas y tantas razones.
[Meses de pasión]
Los primeros regazos gélidos azotaban a la nueva estacion otoñal, las hojas de los árboles se volverían a caer para regresar con el sol cálido, las estrellas saldrían más temprano cada noche, haciendo más tristes las tardes de aquel mes de Octubre, un mes colmado de recuerdos para mí, porque creo que desde hace más de 4 o 5 años he sentido el amor de mayor o menor intensidad sobre mi piel.
Amores todos ellos diferentes, con sus encantos y sus defectos, momentos de anhelos calientes bajo una sábana que buscaba con deseo el cuerpo desnudo de mi amada, besos al atardecer de un sol que moría en el crepúsculo del alba, misterios escondidos tras los oscuros callejones, cabellos que se ocultan en tu negro abrigo...negro como se me quedara el corazón meses después, pero siempre con mi rotulador a mano para pintarlo de nuevo de rojo pasión, de rojo vino para aclarar la garganta y volver a entonar las canciones que hacen que la sangre de mis venas fluya más rapido, que mi corazón bombee más rapido...que mi cerebro se llene de recuerdos.
Hoy como cualquier otro año vuelvo me vuelvo a sentar a pensar, esta vez no lo hago en mi habitación, salgo a la calle pero no busco compañia...abandono el aula, no quiero monotonía, solo quiero pasear y sentarme solo en aquella muralla de playa y contemplar el horizonte, pensando en tí...pensando en como se simplifica la vida viéndola desde un horizonte de playa, cómo desde aquí los besos junto a tí me parecerían eternos, en el que me gustaría recorrer descalzo por las dunas de aquella arena, de seguir pensando en el roce de nuestros cuerpos desnudos cualquier noche de invierno, donde no corra el aire entre tu y yo...solo las cicatrices de la soledad, y deseo mas profundo de querernos el uno al otro, y por que ese momento no se acabe jamás.
Los primeros regazos gélidos azotaban a la nueva estacion otoñal, las hojas de los árboles se volverían a caer para regresar con el sol cálido, las estrellas saldrían más temprano cada noche, haciendo más tristes las tardes de aquel mes de Octubre, un mes colmado de recuerdos para mí, porque creo que desde hace más de 4 o 5 años he sentido el amor de mayor o menor intensidad sobre mi piel.
Amores todos ellos diferentes, con sus encantos y sus defectos, momentos de anhelos calientes bajo una sábana que buscaba con deseo el cuerpo desnudo de mi amada, besos al atardecer de un sol que moría en el crepúsculo del alba, misterios escondidos tras los oscuros callejones, cabellos que se ocultan en tu negro abrigo...negro como se me quedara el corazón meses después, pero siempre con mi rotulador a mano para pintarlo de nuevo de rojo pasión, de rojo vino para aclarar la garganta y volver a entonar las canciones que hacen que la sangre de mis venas fluya más rapido, que mi corazón bombee más rapido...que mi cerebro se llene de recuerdos.
Hoy como cualquier otro año vuelvo me vuelvo a sentar a pensar, esta vez no lo hago en mi habitación, salgo a la calle pero no busco compañia...abandono el aula, no quiero monotonía, solo quiero pasear y sentarme solo en aquella muralla de playa y contemplar el horizonte, pensando en tí...pensando en como se simplifica la vida viéndola desde un horizonte de playa, cómo desde aquí los besos junto a tí me parecerían eternos, en el que me gustaría recorrer descalzo por las dunas de aquella arena, de seguir pensando en el roce de nuestros cuerpos desnudos cualquier noche de invierno, donde no corra el aire entre tu y yo...solo las cicatrices de la soledad, y deseo mas profundo de querernos el uno al otro, y por que ese momento no se acabe jamás.
[La caja de color]
Rezagado, y sin hacer mucho ruido, los años de su vida iban pasando rápidamente por las autopistas del sosiego, atrás quedaron las tortuosas curvas de la vida, el destino pondría una recta larga en el horizonte, para poder reposar tranquilo en su viejo sillón, y incluso poder recrearse en los ojos de aquella niña.
Esa niña cuyas caderas poseían más curva que las pasadas por mi vida, pequeña y juguetona, con una sonrisa recíen salida de los alambres del colegio, pero con toda la madurez de una adolescente, centrada y con la cabeza bien amueblada...pero al fin y al cabo loca. Quizás ese punto de locura era el necesario para encender la chispa de su corazón, para meterle fuego a los viejos recuerdos y junto a una hoguera, abrazar a su niña, planear sobre la vida en una nube de color, para ver el cielo más intenso...más bonito.
Siempre se mantuvo cauto en la estela de su corazón, agazapado como siempre, la vida había mostrado su lado más cruel...siempre llegaba un periodo de reflexión, donde todo lo inexplorado se hace eco en nuestros sentidos, y permanecemos atentos, a la defensiva...aunque los que ya estamos curtidos en batallas no necesitamos andar con pies de plomo, sabemos lo dura de la vida, y de las vueltas que da...pero siempre el tiempo pone a cada cual en su sitio, las palabras quedan a un lado...escuecen, se empiezan a valorar los actos, los momentos...las miradas...al fin y al cabo la vida es solo eso, momentos.
Una auténtica colisión de cometas, una lluvia de estrellas...y toda una vida por delante, dicen que en la vida no hay que cerrarse puertas, yo pienso que sí, siempre tienes que dar un portazo o un tijeretazo a un momento de tu vida, de que vale recrearse en momentos malos pasados...siempre es bueno recordarlos pero para recapacitar y mejorar en el próximo paso a dar. Llegará el momento de cuando la melancolía y la soledad nos invadan, siempre tendremos la posibilidad de sacar de ese triste armario gris, una caja de color, donde allí guardo todos los besos que te dí...pero solo los que te dí de verdad...volveré a pegarme los trozos de corazón que me robaste, sonreiré a la vida y volveré a caminar...solitario, sí...pero siempre con el anhelo de encontrar lo que cada cual se merece y se lucha día a día, en este teatro de la vida.
Pd: No se pasen con la tijera...quizás se equivoquen recortando, ya saben que lo cortés, no quita lo valiente.
Rezagado, y sin hacer mucho ruido, los años de su vida iban pasando rápidamente por las autopistas del sosiego, atrás quedaron las tortuosas curvas de la vida, el destino pondría una recta larga en el horizonte, para poder reposar tranquilo en su viejo sillón, y incluso poder recrearse en los ojos de aquella niña.
Esa niña cuyas caderas poseían más curva que las pasadas por mi vida, pequeña y juguetona, con una sonrisa recíen salida de los alambres del colegio, pero con toda la madurez de una adolescente, centrada y con la cabeza bien amueblada...pero al fin y al cabo loca. Quizás ese punto de locura era el necesario para encender la chispa de su corazón, para meterle fuego a los viejos recuerdos y junto a una hoguera, abrazar a su niña, planear sobre la vida en una nube de color, para ver el cielo más intenso...más bonito.
Siempre se mantuvo cauto en la estela de su corazón, agazapado como siempre, la vida había mostrado su lado más cruel...siempre llegaba un periodo de reflexión, donde todo lo inexplorado se hace eco en nuestros sentidos, y permanecemos atentos, a la defensiva...aunque los que ya estamos curtidos en batallas no necesitamos andar con pies de plomo, sabemos lo dura de la vida, y de las vueltas que da...pero siempre el tiempo pone a cada cual en su sitio, las palabras quedan a un lado...escuecen, se empiezan a valorar los actos, los momentos...las miradas...al fin y al cabo la vida es solo eso, momentos.
Una auténtica colisión de cometas, una lluvia de estrellas...y toda una vida por delante, dicen que en la vida no hay que cerrarse puertas, yo pienso que sí, siempre tienes que dar un portazo o un tijeretazo a un momento de tu vida, de que vale recrearse en momentos malos pasados...siempre es bueno recordarlos pero para recapacitar y mejorar en el próximo paso a dar. Llegará el momento de cuando la melancolía y la soledad nos invadan, siempre tendremos la posibilidad de sacar de ese triste armario gris, una caja de color, donde allí guardo todos los besos que te dí...pero solo los que te dí de verdad...volveré a pegarme los trozos de corazón que me robaste, sonreiré a la vida y volveré a caminar...solitario, sí...pero siempre con el anhelo de encontrar lo que cada cual se merece y se lucha día a día, en este teatro de la vida.
Pd: No se pasen con la tijera...quizás se equivoquen recortando, ya saben que lo cortés, no quita lo valiente.