
Y ahí estaba él, cuando el alba despuntaba y el gélido frío hería entre los poros de su aún joven e inqueta piel ahí fuera, tumbado y recostado en una habitación de luz ténue, bajo el regazo momentáneo de una mujer que seguramente con los años simplemente sería una anécdota -aunque secreta- más en su vida, ante ese cuerpo despampanante desnudo, tan lindo por fuera y tan triste por dentro, de todos y de nadie...malditas coincidencias.
30 minutos de sexo desenfrenados no le habían dejado sin las ganas de incluso después, hacer un poco de filosofía, de conocer un poco más a esa chica de ojos tristes y de alegre corazón, siempre le dieron algo de tristeza ese tipo de profesiones, gente que no tiene otro remedio que satisfacer necesidades de otros para poder comer caliente, y más aún se le inquietaba el corazón cuando le reconocía que para nada le gustaba lo que hacía...malditos destinos.
Y maldecía la vida mientras se vestía torpe y tristemente ante aquellos ojos cansados y lamentaba que no todos pudieramos elegir nuestros destinos, que era lo que había y debía de seguir hacia delante y que ojalá le fuera más lindo que ahora en un futuro...
Y bien supo que aquella charla de 10 minutos valió muchísimo más que tantísimas horas de sexo desenfrenadas, y esos minutos sí que no tenían precio.
"El cariño, que es tan caro y tan profundo, si una mujer necesitada te lo dá por casi nada es porque es la mas honrada del mundo"

Mujeres...aquella extraña ecuación que torna mi vida y por cual sencilla que parezcan las hacen convertir toda la armonía en un verdadero galimatías para mi cerebro, bendito problema.
En ellas encontré el anhelo más sublime y fueron capaz de inspirarme noche tras noche al cobijo de este blog de temerarias lejanías, tantas que a veces piensas que podían haberse ahorrado las mías, tristes noches a la deriva pensando en corazones que ignoraban mi presencia, otros que anhelaban mis sueños mientras yo ni conocía su existencia, y otros simplemente eran unos míseros cuerpos vacíos de cariño contoneandose al son del humo y el ruido en busca de un trago de whisky...triste.
Mujeres por la que no merecieron la pena mi amor y dedicaron muchas líneas tristes de mi vida y de mi blog, aunque también dejaron sonrisas sinceras a su paso, momentos inolvidables, aquellas compañeras espontáneas o duraderas que supieron ponerle canción a mi melodía de la vida, las que hicieron que un calor repentino ruborizara mi cara con esas miradas, las que me hacían cosquillitas en la barriga con el primer beso, o las que me acariciaban la nuca mientras pensaba en lo bonito de la vida.
Hadas que revolotean como en un cuento, que preferían el malévolo capitán Garfio y acababan arrojando a un triste Peter Pan al maldito y cansino cocodrilo...la historia se repetía, pero pese a todo uno aún le queda un poco de estilo y no le gustan los garfios, prefiero seguir siendo el Peter Pan de corazón soñador, del sueño de unos ojos lindos y un amor eterno...o al menos bonito.
Y a pesar de todo, hoy sigo aquí, sentado en el sillón de la vida dispuesto a afrontar nuevos horizontes, nuevas sensaciones y seguir disfrutando del lado poético de la vida, volando libre...soñando despierto.