.: Las Lineas Del Kaos :.

"Un blog sin aspiraciones, pero con todas las ilusiones de un soñador"


Nace un mito

A partir de hoy, el Sevilla CF juega con 12 en el campo

'Honor al que murió defendiendo tus colores'
D.E.P. Antonio Puerta

Para cuando llegues


¿Qué sientes cuando aquellos acordes en forma de voz se mezclan entre tus oidos y tu corazón? le susurraba suavemente al oído, y en ese mismo instante se sintió cielo y voló como los cisnes dejando el corazón bajo la cama tras un suave zumbido alado...


Las luciérnagas del vestigio ya le habían iluminado el camino preparándose para el próximo destino, con únicamente el ahínco y la ilusión y un pobre corazón en el bolsillo emprendió de nuevo rumbo hacia el limbo, allí donde dormían los ángeles eternos, allí donde siempre había oído hablar de los sonares más dulces.

Y ahí permaneció en aquel limbo impasible, no pidió alas, porque siempre pensó que desde el cielo el corazón no huele a nada, y se confundió entre aquellas nubes celestes, deseó en momentos ser alado como los demás pero quizás fuese mejor medir el suelo, ya estaba harto de tanto traspiés, y sin embargo pese a aquella embriagadez del lugar el vértigo se apoderaba de su cuerpo.

Sabía bien que aquella franja de sangre que le cruzaba el alma llevaba el nombre de su amor, de aquella por el cual suspiraría todos los días de la tierra, por la cual no vería más infinito que el cometa de sus ojos, y decidió seguir navegando en ese limbo de poesía hasta adivinar el nombre que le corría por las venas pero esta vez, con más veneno y corazón que nunca.

Volando


Volé dejándote en tierra, me cansó intentar interceptar tu continente
volé y decidí no mirar atrás, aunque muriera de ganas
volé y volví a sentir la brisa de la libertad golpeando mi rostro
volé y descubrí que a pesar del tiempo tus ojos seguían mirándome igual
volé y me llevé conmigo todas las ilusiones del mundo
volé y me abracé a la luna porque jamás tendría tus noches
volé y no te sentí
volé y el eco de tu voz retumbaba en mi corazón
volé y la melancolía hizo su equipaje conmigo
volé rumbo a otro paraiso
volé sin vida, las quimeras ya lamerían mis heridas
volé...y tu no quisite volar.

De veneno...




Hay noches que son especiales, noches que no tienen nada que destacar, pero son solo instantes, unos momentos en los que mi alma, mi corazón y mis ideas se unen. En un chispazo eléctrico que dura algunos instantes, como una lluvia de estrellas, fuertes, intensas pero muy fugaces.

Esos son los momentos en los que sonrío, abro de par en par las puertas de mi mundo y navego, atravieso todos los colores del arcoiris, golpeo a la triste sociedad, a la mentira, a la envidia, a la avaricia del banquero, a los jueces, a los militares, a los verdugos, a todos aquellos que portan los yugos...Y con un intenso calor tras mi rastro anhelo todos aquellos ojos que me hicieron bombear mi corazón más deprisa, a todos aquellos besos que soñé y nunca tuve, por todos esos instantes que estuve ausente en vida, por los que soñé despierto...

Y sonrío porque en ese instante es cuando siento, y sintiendo sé que estoy más vivo que nunca, por eso quizás esté alegre en la melancolía...aunque de otra forma distinta. Y sé que todos aquellos secretos que me cuenta la noche no se pueden contar, porque quizás no vuelva a ver más a los cisnes ni oir sus cantos, porque quizás deje de ver cometas, porque quizás todo no tenga sentido sin aquellas noches...

Sólo sé que gracias a ese veneno que me recorre la sangre de norte a sur por todos los puntos cardinales de mi cuerpo es el que me hace seguir escribiendo, porque gracias a ese veneno me deja ver la vida de otra forma, ni mejor ni peor...la mía.

Una estrella en el andén




Los riesgos siempre formaron parte de su vida, su destino había situado milimétricamente unos puntos de control, unos match-ball´s que debería de enfrentarse a lo largo de su superviviencia en el continente donde de muchos de ellos saldrían respuestas muy importantes para continuar escribiendo la historia de una manera o de otra.

Y sentía que aquel momento había llegado, el olor a viejo humo de locomotora, el suave contoneo de la débil vía le hacía presagiar que un nuevo tren pasaba por su estación, aquella donde habitaba su corazón, donde por mucho tiempo no fue más que una vía muerta.

Le tocaba a él, mover todas las situaciones posibles, saber colocarse en el momento justo en el lugar adecuado para si se dieran todas las ecuaciones, todos los axiomas, todas las predicciones estar ahí en el punto de partida, puntual y sublime, más bárbaro que nunca, más radiante que un sol de verano, más dulce que el olor a alba al despertar, más golfo que siempre.

Apenas se vería con ayudas, era hora de que mostrase más coraje que nunca para poder luchar por ese tren, siempre supo que aquella mirada era tan canalla como la suya, por eso dudó...por eso se abalanzó aún más, porque bien supo que no quería esperar hasta el final de los coletazos del solsticio veraniego, que no quería esperar posiblemente al infinito, que las noches sin ella se hacían demasiado largas y la luna no le bastaba.

No hay nada más grande que luchar por una ilusión, porque no hay nada más bonito que saber que mientras muchos se pelean contando cual es la estrella más bonita, tú ya sabes de siempre que aquello que anhelas es la estrella que más te alumbra la vida, de día...de noche...por siempre.

Buscando un sol




Aquella noche noté una extraña sensación, me contaron que te fuiste y nuestros labios no llegaron a rozarse aunque estoy seguro que nuestras mentes lo desearon en algún fugaz instante. Quizás ya sería tarde para emprender tu búsqueda, decidió quizás mejor buscar otros continentes, que donde estuvimos conviviendo fué demasiado brusco para ella, demasiada aspereza para el terciopelo más suave.

No entendió quizás que aquel lugar no era para ella, demasiada hostilidad para aquella dulzura, para aquellos ojos lindos, yo mientras tanto decidí luchar por mi destino de otra forma, en otros caminos.

No sé si tan siquiera si te volveré a ver, tan siquiera sé si mereces unas líneas y menos aún si es tarde para mirar el cielo o para volar, no puedo detener mi vida por tí, no puedo dejar de girar por tu cometa, porque tan siquiera sé si algún día estuve en tu órbita...

Hoy es una sensación extraña, me entristece el saber que quizás ningún viento vuelva a juntar tu norte con mi sur, pero sonrío al pensar que sé que más de una vez, nos miramos distinto y deseamos mordernos el alma el uno al otro...tan jóvenes.